Admitir errores para ser un mejor líder

Ya estamos volviendo a la rutina y quizá este sea el momento idóneo para cambiar ciertos hábitos. Y es que a veces creemos que el poner mucho énfasis en nuestros mandatos u órdenes, hasta el punto de rozar la agresividad (aún sin quererlo), hace que nuestro mensaje resulte más alentador. Pero todo lo contrario. No hay nada mejor que la autoevaluación y apertura de miras para darnos cuenta de que un buen líder, respetado y querido, es aquel que es capaz de pedir las cosas por favor y de decir "lo siento". Lejos de parecer débil esta acción repercutirá de forma positiva en su entorno.

Cuando se comente un error, por norma general se tiende a echar la culpa a los demás, ya sean rangos inferiores o superiores. Ante estos casos, lo mejor es llevar a cabo una estrategia lógica: pedir ayuda y perdón. Simplemente alzar la voz y pedir una mano o cabeza pensante que pueda solucionar el problema ¿Qué hay de malo en ello?

Prueba a decir “lo siento” en una reunión, te sorprenderá la acogida que puede tener una frase tan poco vista entre las mesas de grandes empresas. “¿Alguien tiene una idea de cómo arreglarlo?” podría ser la sentencia que continúe tu alegato y que, sin duda, hará de tu equipo una piña resolutiva ante lo que, aunque a veces lo olvidemos, nos puede ocurrir a cualquiera.

Este ejercicio te aportará una gran dosis de humildad, respeto y, aunque algunos no lo crean, de confianza. La confianza de saber que se puede fallar y retomar la tarea.

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