Aprender de los jóvenes a través del Mentoring inverso
Hoy en día, ya no resulta extraño ver en las empresas cómo la alta dirección y los mandos intermedios, además de trasladar su experiencia a las generaciones más jóvenes, son los que reciben los conocimientos, las habilidades digitales y la forma de ver el mundo de los profesionales de la compañía de menor edad. Se trata del mentoring inverso, una buena oportunidad para superar los conflictos intergeneracionales, fomentar el compromiso y el liderazgo de la juventud, y enfocar el negocio hacia los consumidores del futuro.
Cada vez son más las empresas que han convertido esta iniciativa en algo habitual entre los programas de gestión de personas de sus departamentos de Recursos Humanos. Es lo que se conoce como reverse mentoring o mentoring inverso.
Los millennials y la nueva generación X están poco a poco insertándose en el mercado laboral, demostrando así sus habilidades y competencias que poseen como nativos digitales. De esta manera, su inserción provoca una transformación paulatina de las empresas, que viene provocada por la integración de todas las capacidades y experiencias internas del personal. A través de este mentoring se fomenta que los empleados juniors con alto potencial se involucren en la resolución de los retos de la empresa en la transformación digital.
Este tipo de iniciativas, para que sean realmente eficaces no pueden ser simples experiencias anecdóticas, sino el principio de una línea de programas y contactos fructíferos. Ahora bien, en este contexto, hay que tener claro que no todas las personas son susceptibles de poder realizar este proceso, puesto que no hay que confundir ser una persona joven con tener determinados conocimientos. Por tanto, es necesario seleccionar cuidadosamente a los mentores, a lo que se ha de unir la elaboración de un cronograma de reuniones formales entre mentores y mentorizados, las cuales, evidentemente, deberán ser confidenciales.
Además, es importante romper las barreras que puedan imponer los cargos, de tal forma que las conversaciones se realicen entre iguales, suprimiendo los egos y escuchando con honestidad por ambos lados. Y todo ello, por supuesto, fomentando el respeto y el compromiso mutuo por conseguir las metas propuestas.